A propósito de la última protesta protagonizada por un grupo de manifestantes de San Sebastián de Palmitas cerca del Túnel de Occidente, es bueno traer a cuento las inconformidades que ha generado no solo su cobro, uno de los más altos del país, sino la lentitud en el sistema de pago que ha generado grandes trancones vehiculares.
Por Iván de J. Guzmán López. | Periodista – Escritor
Colombia es un país minado de peajes. Hoy se tienen más de 140, y muchos de ellos son fuentes de problemas sociales y tarifas que no se justifican a la hora de revisar el estado de las vías. La diferencia tarifaria, que va de $2.000 hasta $16.900, es, de hecho, fuente de inconformismo y manejo caprichoso. La explicación que tenemos de esta desproporción tarifaria, según el Ministerio del Transporte, estriba en que mientras el Instituto Nacional de Vías, Invías, rige su alza por el índice de Precios al Consumidor, IPC, la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, acuerda su ajuste tarifario con cada concesión vial. Es por esta situación que, en términos generales, la mayoría de peajes administrados por esta última entidad están por encima de $12.000. Es decir, el particular “pone” la tarifa a su gusto.
Como cosa rara, en Antioquia están algunos de los peajes más caros del país, como el Túnel de Oriente ($16.900), Palmitas y San Cristóbal ($16.200), y Guarne ($12.000). Encuentro justificado el caso del Túnel de Oriente, considerando el ahorro en el tiempo de viaje (máximo 18 minutos), que implica menos gasto de combustible y menos desgaste de los vehículos.
En el caso de Palmitas y San Cristóbal ($16.200), apostado en la vía que de Medellín lleva a Santa Fe de Antioquia, es para revisión urgente. Quien deba ir a Santa Fe de Antioquia debe pagar peaje de ida y peaje de regreso. Adicional, los usuarios de esa vía venimos soportando su mal estado, los “pare y siga” (en algunos casos injustificados) y el deficiente manejo del peaje que, con cobro manual, está convirtiendo un viaje de una hora, y un recorrido de 56 kilómetros, en una odisea de hasta 3 y 4 horas, soportando trancones que muchas veces empiezan kilómetros antes del Túnel Fernando Gómez Martínez de ida a Santa Fe, al igual que trancones de la misma naturaleza y duración , desde la entrada a San Jerónimo, si de Santa Fe de Antioquia o de Occidente, se viene a Medellín.
¡Dos peajes en corregimientos de Medellín!, que perjudican a las comunidades campesinas circunvecinas, así como a todo el Occidente antioqueño y, en general, toda la zona de influencia de la vía al mar. Adicional, la comunidad aledaña al Túnel Fernando Gómez Martínez y a la conexión vial Guillermo Gaviria, hace rato se viene manifestando con plantones en la Alpujarra y en la zona de los peajes y del túnel mismo, reclamando por las afectaciones producidas por las obras que, según ellos, no han sido solucionadas.
A esto, la concesionaria Devimar, no le ha puesto la seriedad que amerita la comunidad afectada. Durante el plantón más reciente (del 7 de diciembre de 2020), los habitantes del corregimiento San Sebastián de Palmitas manifestaron que “el plantón pacífico en la entrada del túnel pretendía pedir, principalmente, un puente peatonal por el que las personas de la comunidad puedan atravesar el corredor vial sin arriesgar sus vidas”. El señor Manuel Franco Salazar, habitante de la zona y representante de la Junta de Administración Local (JAL) del corregimiento de Palmitas, manifestó con vehemencia que “nuestros puntos principales en la audiencia pública fueron el tema del peaje, seguridad vial, pago de los predios, puentes peatonales, ingresos veredales y retornos dentro de nuestro territorio”. En declaraciones a El Colombiano “Franco aclaró que recurrieron a la manifestación ciudadana luego de agotar todas las vías posibles de interlocución con la Agencia Nacional de Infraestructura, la concesionaria Devimar y la Gobernación de Antioquia, responsables de la obra”.
Adicional a esta circunstancia, hay que decirlo, es vergonzoso que los peajes Palmitas y San Cristóbal, se cobren manualmente y el flujo de vehículos no tenga ningún acompañamiento o planeación en la ruta que lleva a esos peajes. Occidente no soporta más colas, por un manejo inadecuado del túnel y de sus 2 peajes. Sin embargo, parece ser que ya se empezó a corregir una situación inaudita a esta hora de la tecnología y de la teoría de las colas: el pago electrónico del peaje, cosa que funciona en toda latinoamérica y ni qué decir, del mundo.
Así las cosas, nuestro Occidente, nuestra Santa Fe de Antioquia, la Ciudad Madre, la ciudad a mostrar al mundo, tienen una barrera insoportable a esta hora de la historia, del desarrollo y del crecimiento social, considerando que el doctor Luis Perez Gutiérrez, durante su magnífica gGobernación, le dio un impulso fenomenal en obras de infraestructura y bienestar social.
Así las cosas, señores de Devimar y demás involucrados, en Occidente deberíamos tener un peaje social, pero lo que tenemos claramente, es ¡un peaje castigador!