Pronunciamiento Mesa de los Asuntos de las Mujeres
Por años hemos tenido muchos tipos de discriminación y vulneración de los derechos fundamentales; por tal motivo recordamos el artículo 2 de la constitución de Colombia en el que se cita son fines esenciales del estado servir a la comunidad, promover la prosperidad general, garantizar los principios deberes y derechos fundamentados en la constitución; proteger a todas lxs residentes en Colombia en su vida, honra, bienes, creencia.
“En Colombia en la constitución del 1991 se da un giro a la forma como debía verse el estado de derecho con la connotación social, con lo que se implementa toda serie de reconocimientos especiales a los ciudadanos. De hecho, la constitución vigente contempla dentro del capítulo I la defensa en los derechos fundamentales el cual consta de 31 artículos este capítulo establece que el derecho a la vida es inviolable que nadie será sometido a desaparición, torturas, penas crueles y tratos inhumanos o degradantes. […] Además menciona de manera explícita el derecho a la intimidad personal y familiar y su buen nombre siendo deber del estado respetarlos y hacerlos respetar”. (Moya, 2016)
Es así que en el estado que conformamos como organizaciones y ciudadanía, debemos entender y digerir este artículo que no sólo contempla lo importante que es defender y velar por nuestros derechos fundamentales, sino también generar un llamado a la conciencia y responsabilidad frente al papel solidario que como sociedad tenemos del cuidado propio pero también de la defensa de las garantías y derechos de los demás, especialmente de los más vulnerables; estamos invitados a asumir un rol activo para evitar la vulneración de cualquier forma a la dignidad humana, evitar al máximo la discriminación que pueda generarse a un ser por cualquier tipo de condición, este es un llamado a la reflexión sobre el modo en que miramos a los otros y qué tan tolerantes somos con los otros.
Nuestra propuesta como Mesa de los Asuntos de las Mujeres para mirar a ese otro es reconocerles como parte de un todo, desde un principio de justicia que consiste en tratar a la gente con respeto y dignidad; es por tanto esencial que los valores que se elijan y que se persigan en la vida, deben coincidir con nuestra conducta y propia realidad, ser coherentes frente a lo que pensamos y decimos en función de la capacidad para ser más humanos.
Así, ponemos la reflexión sobre el hecho de que para todo ser humano la intimidad representa uno de los elementos nucleares de la vida del ser humano y debe ser protegida; sería válido que las autoridades sanitarias incumplan el principio de confidencialidad cuando otra u otras personas estén en riesgo y este daño sea evitable con la ruptura de la misma; sin embargo, nos hemos dado cuenta que vivimos en una sociedad que trivializa todo, acostumbrándonos a los sensacionalismos amarillistas por mantenernos informados de la realidad del otro, sin medirnos en cómo estamos transmitiendo información vital y sensible. Citamos en este terreno la Ley 1581 de 2012 de protección de datos personales, que intenta buscar el equilibrio ideal entre el derecho del paciente, la reserva de sus datos y el derecho también de que el profesional que lo atienda tenga la información para prestarle una correcta atención.
En conclusión todos tenemos derecho a recibir un trato que no lesione nuestra integridad, porque ya de por sí la enfermedad trae consigo implicaciones físico y psicológico, al iniciarse el camino a un mundo desconocido, que genera preguntas de malos presagios, de miedo y de impotencias el sentirse señaladxs, rechazados y/o agredidos; sanos o enfermos todos tenemos los mismos derechos que deben ser respetados por encima del morbo y el amarillismo que existe en algunos seres humanos. Les invitamos a cuestionarnos sobre el significado del respeto, la tolerancia y la solidaridad que nos permite aceptarnos diferentes.
Cuestionamos todas las formas la violencia como medios de reacción frente a lo que nos ocurre hoy en el mundo; en este momento es otra persona la que tiene un resultado positivo para Covid, pero mañana cualquiera de nosotrxs puede resultar contagiado, y no sólo de covid 19 sino de múltiples enfermedades contagiosas; es una acción debatible el que se nos exponga a las redes sociales denigrando nuestra persona; por eso, como acción que parte de los ciudadanos, les queremos hablar precisamente a estos; es la ciudadanía para empezar la que debe hacer transformación en los pensamientos y valores que rigen la vida, desde una verdadera humanización que empieza desde los hogares; de este modo, todos contribuimos a recuperar y reivindicar a todas aquellas personas que de una u otra forma victimizamos, señalamos y vulneramos.
La mayor pandemía es el pánico colectivo, el inadecuado manejo de la información, la poca conciencia sobre hacer buen uso de las redes sociales, la falta de valores y sensibilidad por la situación del otro. Hoy hacemos un llamado a ser responsables de nuestras decisiones, actos y palabras, ya que estos pueden costruir o destruir a alguien y ese alguien en algún momento puedo ser yo.
Si fueras paciente diagnosticadx con Covid 19 o cualquier enfermedad contagiosa, qué esperarías que pasará? ¿cómo quisieras que se maneje la información? Dejamos estas preguntas para que se nos facilite el ejercicio de la empatía que nos permite ponernos en el lugar del otro. Van a llegar más casos, seguro que va a pasar y esperamos que cada vez podamos actuar con mayor cordura frente a las personas que no son culpables por tener X o Y enfermedad, pero que nuestros comportamiento para con estos si nos harán responsables frente al daño que les podamos generar.
Bibliografía:
Moya, J. F. (13 de 07 de 2016). Universidad Cooperativa de Colombia . Obtenido de https://www.ucc.edu.co/prensa/2016/Paginas/el-tema-de-los-derechos-fundamentales-en-colombia.aspx