En Santa Fe de Antioquia hay dos expresiones que retratan el habla popular de sus habitantes desde tiempos inmemoriales, palabras que sobresalen en el variopinto léxico santafereño, marcado especialmente por ese acento cantadito y un tanto acosteñado que nos indilgan a los doblemente antioqueños. Esos dos términos son el “Olééééé…”, y el “Alááá…”, los cuales denotan un significado de extrañeza y hasta de admiración.

El primero es una interjección española, utilizada coloquialmente para animar, aplaudir, o jalear, especialmente en la cultura flamenca y en la fiesta brava, prácticas tan arraigadas en la península ibérica. Entre tanto el segundo menciona directamente al Dios del Islam en el mundo árabe: “Alá…”, palabra que fue introducida por esta raza del medio oriente en el lenguaje castellano, si se tiene en cuenta que los Musulmanes dominaron el sur del territorio español por cerca de ocho siglos ((711-1492).

Si bien ambas acepciones poco o nada tienen que ver con el significado original, en Antioquia, pero especialmente en su antigua capital, sí que hay un arraigo expresivo en estos dos vocablos que distinguen dentro y fuera de su territorio, a esos costeños de agua dulce que somos los santafereños, acunados por las cálidas corrientes del gran Cauca y el caudaloso Tonusco.

Y es que traemos a cuento este fenómeno lingüístico, a propósito de la celebración del Día del idioma que tiene cabida todos los 23 de abril, sobre todo en el mundo hispano parlante compuesto por 580 millones de habitantes de 21 países, siendo el segundo idioma más hablado del mundo después del mandarín que tiene su asiento en la China.

Según la revista virtual Babel: “El español, como el francés, el italiano, el rumano y el portugués, es una lengua romance y, como tal, evolucionó del latín vulgar. Se originó en la península Ibérica, que hoy en día alberga a España y Portugal. La continuación castellana del latín vulgar (de la región española de Castilla), mezclada con el árabe tras la conquista musulmana, terminó formando la lengua española estandarizada del siglo XI.

LA HERENCIA ÁRABE

Pero más allá del legado lingüístico que nos dejó el entonces imperio español, amén de la religión, el énfasis que nos anima a escribir estas letras es la otra herencia menos conocida que recibimos de los árabes, cuyas pintorescas palabras permearon en gran medida el vocabulario de la llamada Madre Patria, palabras donde por lo general no puede faltar una “A” al principio, seguida de una “L”.

Según se calcula, cerca de 4.000 palabras del castellano tienen origen árabe, (el 8% del vocabulario total del español); de hecho sin sospecharlo, más de una vez al día empleamos estos arabismos para comunicarnos en sociedad.

ARABISMOS EN EL ESPAÑOL

Para la muestra del extenso léxico árabe en el castellano, traemos un conjunto de palabras que son base cotidiana en nuestro diario vivir. En orden alfabético, aquí se las presentamos:

A: aceite, almohada, alcalde, alacena, aldaba, alcohol, alfombra, almanaque, alhaja, albañil, alfil, alharaca, alfarero, albaricoque, azucena, amapola, azar, ajedrez, álgebra, algoritmo, alférez, almirante, arsenal, asesino, alpujarra, andalucía, acequia, aljibe, acelga, albóndiga, azúcar, aceituna, alcaparra, azafrán, arroz, alcachofa, alfalfa, alcanfor, algodón, almíbar, alubia, alberca, arancel, arroba, adobe, azulejo, alcoba, alcantarilla, azotea, albornoz, alpargatas, alambique, alcohol, alquimia, auge, arroba, almacén, almuerzo, alguacil, alhucema, alcancía, azahar, arrecife, alforja, alacrán, alicate, alquiler, aldea, harén, alfiler.
B: baño, barrio, bata, bellota, berenjena.
C: café, cifra, cero, cid, cúrcuma, cenefa, cenit, calibre, chisme.
D: daga, diván, dante, dado.
E: elixir, engarzar, escaque.
F: faquir, farda, fideo.
G: gabán, gandul, guarismo, guadalajara, guitarra, gacela
H: hazaña, hasta.
I: imán, islam.
J: jinete, jirafa, jota, joroba, jazmín, jaqueca, jarabe, jarra, jabalí.
K: kermes.
L: laúd, limón, lima.
M: mazmorra, mezquino, mezquita, mameluco, medina, marfil, máscara, momia.
N: nácar, noria, naranja, nazarí, nuca.
O: olé, ojalá.
Q: quintal, quilate, raqueta,
R: rehén, rabal, rubia, rincón, rambla.
S: sandía, sorbete, saharaui, siroco, sirope.
T: tabique, talco, tarifa, tarima, timbal, tabaco, toronja, taza, tarea.
U: ulema.
V: valija, valí, visir.
Y: yemení.
Z: zanahoria, zoco, zoquete, zanja.