El domingo 27 de diciembre el emblemático puente colgante de Occidente cumplió 125 años de haberse inaugurado por parte de su constructor, el ingeniero sopetranero, José María Villa. Pero más que hablar de su pasado ya conocido, queremos traer a cuento el epilogo del libro “El Puente de Occidente y la integración de Antioquia”, escrito en el 2018 por el ingeniero Luis Fernando Múnera López. La síntesis final del libro titulada “El futuro del puente de Occidente”, traza una hoja de ruta para conservar esta joya de la ingeniería colombiana terminada el 27 de diciembre de 1895.

Por: Luis Fernando Múnera López.

La presa de la central Hidroituango se está construyendo a unos setenta kilómetros aguas abajo del puente de Occidente. Aunque habría podido elevarse más, la altura de esta presa se limitó de tal manera que el embalse no inundara el puente de Occidente. La cola del embalse empieza unos nueve kilómetros aguas abajo de este. Este hito es importante, porque demuestra que Antioquia fue capaz de sacrificar parte de un recurso hidroeléctrico valioso para preservar esta joya de su patrimonio cultural. Los cinco puentes colgantes sobre el río Cauca y el río Piedras construidos por José María Villa constituyeron grandes hitos en el camino tanto del nacimiento de la verdadera ingeniería como del progreso económico y social de Antioquia. En ellos se dio la conjunción perfecta de cuatro elementos clave: el liderazgo de un hombre excepcional como José María Villa, el apoyo de los gobernantes, la disponibilidad de artesanos experimentados y hábiles en tareas de albañilería, herrería, aserrío, carpintería, montaje de piezas, y la visión de los empresarios privados dispuestos a invertir en grandes proyectos de desarrollo regional. Para la ingeniería local se abrió también un camino que permitió la combinación eficaz de teoría, práctica, creatividad e inventiva. Todos ellos abrieron un camino sin precedentes para Antioquia, el de las grandes obras con alto impacto para el progreso. Desafortunadamente, ninguno de los otros cuatro pudo conservarse. José María Villa es ejemplo de una vida entregada al trabajo, capacidad de análisis, sentido práctico, perseverancia y honradez a toda prueba, como individuo y como ingeniero. Entre otras cosas ¿qué es todo esto si no una síntesis del espíritu antioqueño? El de antes. ¿Podemos decir lo mismo del de ahora? El puente de Occidente es una referencia viva de la esencia del pueblo antioqueño. Su presencia serena y majestuosa encarna los valores más grandes del pueblo, entre ellos su visión del futuro, su capacidad de emprendimiento, su tenacidad ante las dificultades, su ingenio para aprovechar los recursos y su honradez.

Por eso, es necesario que el puente de Occidente permanezca en el tiempo y sirva de mensajero a todas las generaciones por venir. El mantenimiento del puente de Occidente constituye una gran responsabilidad para las administraciones departamentales. Además, nunca se ha aprovechado a cabalidad el carácter cultural y didáctico que la obra tiene. Lo ideal es que se suprima definitivamente el paso de vehículos motorizados por él y se conserve solamente el uso peatonal. En torno al puente podrá desarrollarse un conjunto de elementos culturales, recreativos y turísticos que sirvan para difundir ese mensaje y esos valores. Obviamente, hay que tener en cuenta que las poblaciones vecinas necesitan mantener activas sus comunicaciones viales, lo cual puede requerir la construcción de un nuevo puente en las vecindades. Algunos vecinos de Santa Fe de Antioquia han propuesto que, después de que las nuevas Autopistas de la Prosperidad construyan el nuevo puente proyectado sobre el río Cauca, se desmonte el puente de Paso Real y se instale nuevamente en algún lugar cercano al puente de Occidente. Es una idea muy bella, pues permitiría comparar lo antiguo y lo moderno, y rendir homenaje a José María Villa, el maestro, y a Juan de Dios Higuita, el discípulo. Debe evaluarse su factibilidad técnica y económica. Otra opción sería aprovechar el embalse de Hidroituango para poner un servicio de ferry que transporte los buses, camiones, automóviles, pasajeros y carga que deban cruzar de una orilla a la otra. El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y el Fondo Nacional de Turismo, Fontur, con el apoyo de la Gobernación de Antioquia, presentaron en octubre de 2016 un proyecto para desarrollar en la zona del puente de Occidente un conjunto de obras que faciliten la visita a la estructura.

Por el lado oriental, en jurisdicción de Olaya, se construirán un mirador, quioscos, pérgola, parqueadero de vehículos y accesos al río Cauca. La casa que forma parte del anclaje oriental de los cables y donde funcionaron las oficinas del ingeniero José María Villa se podrá convertir en un museo donde se conserve y se narre la historia de la obra. Por el lado occidental, en jurisdicción de Santa Fe de Antioquia, se construirán una escalera paisajística para acceso al monumento a la Virgen, un sendero peatonal a lo largo de la vía y parqueaderos. El proyecto cuenta con prediseños, licencia ambiental y permisos de construcción.

El costo total estimado ascendería a $3.446 millones de pesos (El Mundo, 16 de octubre de 2016). Sería interesante que al proyecto se le agregara un hotel. La Corporación de Turismo de Antioquia, Turantioquia, creada en 1968 y liquidada en 1997, operó durante varios años su hostería Puente de Occidente, justo al lado del anclaje oriental del puente. La zona se presta para ello, gracias al clima y a sus atractivos turísticos.