“El grado de felicidad de las personas es proporcional a la cantidad de verdor que las rodea. Cuanto más verde sea un país, más feliz será su población”
Sébastien Bohler.
Por: Luis Carlos Jiménez López de Mesa, Especial para El Occidental.
La biofilia aquel amor a la naturaleza, o la relación que tenemos con ella, y en general con todas las formas de vida, es fundamental en la existencia del Homo sapiens.
Después de la pandemia causada por el Covid-19, una de las terapias que buscarán los hombres será su acercamiento a la fauna y flora de lugares cercanos; allí podrán mirar, comparar, reflejar y reflexionar sobre sus cercanías y diferencias con otros seres vivos. Podrán preguntarse porqué existe tanta biodiversidad en nuestro país, y educarse en una actitud de cuidado y respeto por la naturaleza.
Precisamente esa capacidad de compatibilizar con los otros seres, debe ser la riqueza que debemos aprovechar en el bosque seco tropical (BST) del Occidente de Antioquia.
Muchas veces vale más poder contemplar un ave, reptil, una planta, que tener bovinos en condiciones que alteran nuestros recursos naturales. En el mundo los viajes y las actividades de disfrute de las personas, están cada vez más ligadas a la observación de paisajes naturales, y especialmente al avistamiento de aves. Colombia ocupa el primer lugar en el mundo en diversidad de aves, y el Occidente antioqueño, con más de 250 especies, es un lugar privilegiado, y con gran número de especies endémicas, esto a pesar de la alta intervención que han tenidos sus bosques. Sería entonces un privilegio para un observador de aves poder incluirlas en sus inventarios.
Complementario al cuidado de estas zonas se podrían construir nuevas fuentes de riqueza ligadas al turismo o a la producción de material vegetal, especialmente semillas de especies xerofitas, las cuales son muy apetecidas en el mercado nacional e internacional. Entre esas semillas tenemos: Piñón de oreja (Enterolobium cyclocarpu);Algarrobo (Hymenaea courbaril); Matarratón (Gliricidia sepium); Totumo (Crescentia cujete); Indio desnudo (Bursera simaruba); Tatamaco (Bursera tormentosa); Ceiba (Ceiba pentandra); cCeiba bonga (Pseudobombax septenatum); diomato (Astronium graveolens).
El precio de una de estas semillas puede oscilar en el mercado internacional entre 50 centavos a 2 dólares. Son especies de gran belleza, que son utilizadas en paisajismo en todos los jardines del mundo, por sus formas arquitectónicas muy llamativas, sus grandes fustes y su capacidad para producir hermosas flores y frutos, como sucede con el Totumo, especie llamativa para cualquier extranjero. No es necesario sembrar nuevos individuos de estas especies, con las que existen actualmente se recolectarían gran cantidad de semillas, y si se encuentra un buen mercado, se establecerían nuevos individuos de estas especies.
La otra gran fuente de riqueza sería el viverismo con especies cactáceas. Las tasas de crecimiento de algunas de estas especies en el BST del Occidente Antioqueño son muy altas, cuatro veces superiores a las de la planicie cundiboyacense, que es la gran productora a nivel nacional de estas plantas. El viverismo fue de las pocas actividades económicas que creció durante la actual pandemia, actividad ya incluida en las líneas de crédito de los bancos públicos y privados.
Adicionalmente con especies como las Opuntias, Cereus, Ferrocactus, Echinocactus se podría abrir un mercado importante tanto de plántulas, como de semillas de esta familia. Un pequeño impulso por parte de los municipios y el Departamento permitiría un desarrollo importante para atraer personas a la contemplación de la naturaleza (biofilia), la observación de aves, la compra de semillas y material vegetal. No se requiere precisamente grandes inversiones, solamente personal capacitado, construcción de invernaderos municipales e interés de las comunidades.
Esto sería posible a través de la asociación de los municipios de San Jerónimo, Santa Fe de Antioquia, Sopetran, Olaya, Liborina y Sabanalarga, municipios vecinos, que gracias a las obras de Mar I, tendrán una interconexión vial mucho más rápida con Medellín, Apartadó y otras ciudades de la costa y del Occidente colombiano. Con la alianza de estos municipios y el impulso de la regional Hevéxicos de Corantioquia, se podría iniciar todo el proceso de educación, selección y protección del material vegetal.
Sobre la base de estas convicciones, en el municipio de Olaya, corregimiento de Sucre, finca El Tribio-Mamey, se viene desarrollando un proyecto de viverismo, con aproximadamente 50 especies de cactus colombianos y de otros países americanos. En esta finca se han podido comprobar las altas tasas de crecimiento de estas especies, y la buena producción de semillas, sobre todo de especies como los Ferrocactus y Echinocactus que tienen un alto precio en los mercados nacionales. Esta experiencia busca ser modelo para los municipios vecinos que muestren interés en este tipo de proyectos.
Mejorar las condiciones de los habitantes del Occidente cercano de Antioquia, es posible a través de la contemplación de la naturaleza, más que de su afectación. A veces, cosas sencillas, como la observación de aves y la producción de semillas y plántulas, se pueden convertir en una gran fuente de riqueza y goce para una región. Es más satisfactorio la observación de un grupo de aves, la germinación de una semilla, el cuidado de una planta, que asistir a un centro comercial.