Estas aves pescadoras son la sensación en países como Japón. Cada año, cientos de visitantes acuden a este país asiático a presenciar el ukai, una práctica que consiste en que los pescadores ponen correas a los cormoranes, aves conocidas por su destreza a la hora de bucear para atrapar peces. Esta es la historia.
Por Sergio A. Restrepo Alzate.
El ukai, es un antiguo método de pesca japonés que emplea cormoranes para capturar peces, lleva existiendo 1.300 años. Aunque la práctica se ha convertido en una popular atracción turística, también ha generado polémica, puesto que, este método de pesca plantea preguntas sobre el bienestar de las aves.
Cada año, miles de turistas visitan la ciudad japonesa de Gifu, en el centro de Japón, para presenciar el ukai, que consiste en que los pescadores ponen correas a los cormoranes, aves conocidas por su destreza a la hora de bucear para atrapar peces.
Primero, se pone una correa alrededor del cuello a cada cormorán y, a continuación, lo liberan en el agua. Si el ave captura un pez, la sacan y el pescador extrae al pez de la boca del ave. Atar el cuello del cormorán garantiza que no se trague los peces más grandes, pero permite al ave tragarse los peces más pequeños.
Se ha hecho tan popular que la ciudad está ejerciendo presión para añadirlo a la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. El actor Charlie Chaplin describió la pesca con cormorán como “la mayor forma de arte de Japón” tras una visita al río Nagara en la ciudad de Gifu, según un artículo de 1998 en The Australian.
En 1890, la Agencia de la Casa Imperial nombró a un pequeño número de pescadores para mantener viva la tradición. Estos pescadores imperiales viven codo con codo con las aves y pueden conseguir el título de “maestro imperial de pesca con cormorán” solo si son parientes consanguíneos de un maestro anterior.
Los pescadores ukai actuales defienden su trato de las aves, comparando atar a los cormoranes con poner correas a los perros. También insisten en su estrecha relación con las aves. “Cuidamos a los cormoranes de aquí hasta que mueren”.
Históricamente, la pesca de cormoranes ha tenido lugar en Japón y China, así como en Grecia, Macedonia del Norte, Inglaterra y Francia.
El Cormorán que habita en Colombia
El Cormorán Neotropical (Phalacrocorax brasilianus), también conocido como Biguá, es una especie de ave suliforme de la familia Phalacrocoracidae. Es un ave acuática que captura peces zambulléndose bajo el agua; se distribuye geográficamente a lo largo de los trópicos y subtrópicos del continente americano, vive en cualquier extensión grande de agua, como lagos, grandes ríos, estuarios y aguas costeras e incluyendo los embalses. Su familia que contempla unas 22 especies, están distribuidas por todo los continentes a excepción de unas islas lejanas en el pacifico.
Es delgado y desgarbado, tiene una cola larga y frecuentemente sostiene su cuello en una forma de S. El plumaje del cormorán adulto es principalmente negro, con un parche de garganta de amarillo-castaño. Durante la temporada de cría, aparecen mechones blancos a los lados de la cabeza, y el parche de la garganta desarrolla un borde blanco. Los juveniles son de color pardusco.
Avistamiento del Cormorán en Cañasgordas.
Reciente algunos miembros del Club de Aves “Alas y Sonidos de Occidente”, realizamos un recorrido por el sector de Buenos Aires, zona rural de Cañasgordas, Antioquia, cerca de donde nace el río Sucio, y con gran asombro, logramos observar dos ejemplares de cormorán, extrañeza porque allí no hay grandes extensiones de agua, solo pequeñas quebradas que alimentan al río Sucio; además de ello, nos sorprendía aún más que estábamos en presencia de dos juveniles de cormorán y con posible presencia de leucismo; una particularidad genética debida a un gen recesivo, que da un color blanco al plumaje. Todo un acontecimiento natural.
Concluimos que quizás, los cormoranes estaban desorientados y se quedaron en el lugar, dado que allí hay estanques donde campesinos del sector, tienen tilapias y trucas para el comercio y consumo local; los campesinos una vez informados de los visitantes alados, aceptaron la presencia de estos “paticos” y saben que pronto los cormoranes se irán a buscar un lugar más propicio para ellos.
Esto demuestra, la adaptabilidad que el Cormorán presenta hacia los humanos, pues es común en zonas urbanas costeras y grandes ríos, al lado de pescadores.
El mundo de las aves nos brinda a diario historias como la del Cormorán, ya sea como un aliado estratégico para la pesca o para una hacerle buena fotografía en un lugar extraño a su hábitat apropiado; son momentos que valoramos para continuar en la generación de conciencia y conservación de los entornos ecológicos de la región.