Llega la onírica ciudad del Tonusco a los 480 años de su fundación a manos del Mariscal español Jorge Robledo. Si bien estamos celebrando la fundación de la primera ciudad de Antioquia en el valle de Hebexicos en tierras pequenses, ciudad que pocos años después se unió con la villa de Santa Fe donde hoy estamos situados, (dando origen a Santa Fe de Antioquia), sentimos que la conmemoración nos pertenece porque desde casi siglo 500 años, esta tierra arrullada por el Tonusco y El Cauca ha parido en los siglos posteriores todos los procesos que llevaron a la construcción, emancipación y desarrollo de lo que hoy llamamos Antioquia, una empresa heroica desde donde se gestaron batallas independistas que en parte dieron origen a la cultura paisa, que en el siglo 19 y parte del 20, se extendió hasta los confines de lo que hoy son los territorios del eje cafetero, incluido el norte de los departamentos del Valle del Cauca y el Tolima Grande.

Por algo, así algunos enemigos de su historia la cuestionen, este bendecido terruño es llamado con orgullo la Perla de Robledo, la Cuna de la Raza y la Ciudad Madre de todos los antioqueños, una ciudad que como pocas en Colombia ha preservado y mantenido su aire señorial y su conjunto urbanístico casi intacto, a pesar de la horda de reformadores urbanos que en las últimas décadas han venido a mutilar nuestro patrimonio arquitectónico colonial, patrimonio que nos hace únicos y merecedores de ser desde hace 61 años Monumento Nacional de Colombia.

No obstante, esta celebración nos debe hacer reflexionar sobre otros aspectos, más allá del tema histórico, y es qué tanto nuestros líderes y tomadores de decisiones han estado a la altura del destino de nuestra ciudad; cuántos gobernantes por suerte han atinado en su progreso y cuántos no. Y más aún: ha estado ese progreso en dirección proporcional con los más de 400 años de su historia, ¿de esa que tanto nos ufanamos?; ¿somos un pueblo bien planificado, bien administrado, con equidad y justicia social?

Son interrogantes que nos hacemos desde estas páginas editoriales, hoy cuando el corazón se hincha de gozo por un cumpleaños más de la abuela de los pueblos de Antioquia, una abuela que pese a las arrugas en sus techos renegridos y sus curtidas paredes de tapia, palpita en cada barrio y vereda con el ciudadano de a pie que se levanta cada día a labrarse un mejor estar en un territorio que en el pasado estuvo segregado por una fuerte división de clases; una urbe donde hoy no existen mayores proveedores de empleo que los que suministra el turismo a través de sus hoteles y restaurantes, y en la burocracia que ofrecen organismos oficiales a través de estamentos como la Alcaldía, el hospital y las entidades descentralizadas del orden regional y departamental, pues la agricultura y la ganadería que en el pasado engrandeció nuestra economía, hoy ni suman ni restan.

No obstante somos optimistas en el prometedor futuro que ya se vislumbra con los proyectos regionales que en la actualidad la cruzan con empresas como Mar 1 y Mar 2 (con el Túnel del Toyo), Hidroituango y la Zijin Continental Gold con la mina de oro más moderna del país, empresa que viene generando un gran desarrollo en la zona, aminorando los impactos que trae consigo la minería en el medio ambiente.

Dios quiera que esos proyectos detonantes revitalicen a nuestro municipio para que el grueso de la economía que generen se quede en nuestra gente, por lo que menos queremos es que seamos protagonistas y no espectadores de la cantidad de oportunidades que hoy se ciernen sobre nuestra población.

Por lo demás, quisiéramos ver que nuestra amada Santa Fe de Antioquia en su cumpleaños número 480 años estuviera muy regalada, no solo con el hermoso alumbrado navideño que hoy la engalana, sino con obras y programas que la hagan lucir en todo su esplendor.

Por ello confiamos que en el 2022 que viene, luego de casi dos años de pandemia, sea el año de las ejecuciones por parte de la administración municipal, con iniciativas como la aprobación del Esquema de Ordenamiento Territorial, EOT, la terminación del comando regional de Policía, el inicio de la construcción del nuevo Centro Administrativo Municipal, la construcción del parque lineal del río Tonusco, la estructuración de la nueva urbanización Juan Esteban Zamarra en el barrio Buga, y la remodelación de la Casa Negra o Casa de la Cultura, entre otras obras proyectadas en este cuatrenio de la Alcaldía Construyendo Progreso.

Esos serían los mejores regalos para honrar la posteriori a grandeza de nuestra ciudad del Tonusco en su efemérides 480 años.