Las comparaciones son odiosas pero a veces necesarias como dice el dicho, pues nos pellizcan y nos sacuden para no generar envidias ni de la buena ni de la mala.

Y es que traemos a cuento este tema, pues si bien cada uno de los tres pueblos patrimonio de Antioquia tienen lo suyo, hay elementos comunes que sin tener que necesariamente estar a la par, al menos sí contar con espacios decorosos que alberguen el arte y la cultura.

Concretamente nos referimos los teatros de los que hoy disponen Jardín, Jericó y Santa Fe de Antioquia, los únicos tres pueblos del departamento de Antioquia que hacen parte de la exclusiva red de los 18 pueblos patrimonio más hermosos de Colombia. 

En general y haciendo honor a la verdad, tenemos que decir que los teatros de los dos pueblos del Suroeste son de un factura tan sobria y elegante, que nuestro teatro Bertha (siendo bonito y bien construido), dista mucho de tener el inmobiliario que ellos tienen.

Cabe recordar que el teatro Bertha fue inaugurado en 1982, gracias a la donación que le hiciera a la Ciudad Madre el director emérito del periódico El Colombiano, nuestro paisano Fernando Gómez Martínez, teatro que desde entonces ha estado a la buena de Dios, pues hasta la fecha (es decir 39 años después) no ha recibido mayores intervenciones o mejoras;

caso contrario a los teatros de Jardín y Jericó, que en la última década han sido objeto de sendas y cuantiosas inversiones por parte del gobierno departamental y nacional, como lo consignamos enseguida.

EL MUNICIPAL DE JARDIN, UN TEATRO DE TRADICIÓN

De acuerdo a los registros que se tienen, el Teatro Municipal de Jardín fue construido en 1912 al estilo isabelino. La edificación fue sitio de encuentro de los jardineños y de artistas e intelectuales que pasaron por allí hasta su cierre.

El Teatro es un espacio recordado por los oriundos que alcanzaron a asistir a matiné cuando eran niños, como un espacio grato y profundamente añorado, donde sus padres también disfrutaban de una programación que iba del cine a los recitales. 

Recuerda una reseña de Comfenalco (administrador de este espacio cultural), que tras 25 años de haber sido cerrado, el Ministerio de Cultura, el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade) y la Red Turística de Pueblos Patrimonio (Fontur), asignaron un recurso para el rescate y remodelación de este patrimonio del departamento que el Municipio de Jardín recibió en 2019 y entregó luego a Comfenalco en la figura de comodato, entidad que busca convertir este edificio patrimonial en un centro cultural con una oferta variada y de alta calidad estética para la comunidad en general, convirtiéndolo en un referente cultural de la región y del departamento, y en una plataforma para la gestión del desarrollo territorial y la innovación social. 

EL SANTAMARÍA, REFERENTE DE LA ATENAS DEL SUROESTE

Entre tanto del teatro Santamaría de Jericó, cuenta la historia que en 1925, la Casa Consistorial de Jericó fue adecuada para el Teatro Municipal, el cual recibió el nombre de Teatro Santamaría, en honor al fundador del municipio, Santiago Santamaría, convirtiéndose a lo largo del tiempo en la gran sala de eventos del municipio.

Este teatro es el resultado de un esfuerzo comunitario, realizado con el impulso de la Sociedad de Mejoras Publicas del Municipio, que refleja el permanente interés de los jericoanos por la educación y la cultura. 

Reseña la historia que durante la primera mitad del siglo anterior estuvo en proceso de construcción y mejoramiento en varias etapas, hasta llegar a convertirse en centro cultural y social del municipio, situación que se consolidó en la segunda mitad del mismo siglo con la llegada del cine, apoyado por Cine Colombia e importantes empresarios jericoanos, como espectáculo permanente con varias funciones en la semana. Es así como varias generaciones de habitantes de la ciudad tienen gran cantidad de vivencias y recuerdos de la edificación, lo que la hace parte del patrimonio cultural de Jericó, el cual declaró a su teatro como patrimonio por acuerdo del Concejo. No obstante y debido a su deterioro, fue cerrado desde el año 2004, espacio que acabó siendo usada como bodega e incluso como depósito para reciclaje. Tiempo después y gracias a la preocupación de la Sociedad de Mejoras Públicas, la Alcaldía gestionó recursos ante el Ministerio de Cultura, que en enero de 2015 lo entregó a la comunidad jericoana, luego de una inversión en su remodelación de cerca de $3.700 millones. Es así como hoy por hoy, este teatro cuenta con una platea para 374 personas, salón multifuncional, salón de proyecciones, cafetería, sala de danza y área administrativa. Además en sus instalaciones también funciona la casa de la cultura y es una de las principales sedes para la programación del Hay Festival que se hace cada año en enero.

No en vano, esta joya patrimonial del Suroeste antioqueño, lejos de convertirse hoy en un “elefante blanco”, es un permanente escenario, no solo para el desarrollo de todo tipo de expresiones artísticas, sino un espacio de integración social de la comunidad jericoana.

EL BERTHA MERECE MEJORES TIEMPOS

No obstante toda esta maravillosa realidad contrasta con nuestro lánguido teatro Bertha que hoy tiene nuestra Santa Fe de Antioquia, edificación que fue alquilada recientemente por la Iglesia (propietaria del inmueble) para el funcionamiento de un canal de televisión local, (sin querer demeritar su trabajo), lo que en parte dista del verdadero sentido de servicio para la cultura que debería tener un espacio como estos.

Sería conveniente que el icónico teatro Bertha, el único con el que cuenta la patrimonial Ciudad Madre desde hace ya casi 40 años, se le pusiera la mano y fuera objeto de alguna remodelación por parte de la empresa oficial o privada, que por ejemplo cambiara su vieja silletería, los baños, sus sistemas de ventilación, y sobre todo el estrado y sus camerinos.

Santa Fe de Antioquia no se puede dar el lujo de ser inferior a su grandeza histórica, por lo que debe ser una causa de todos en común, salvaguardar este bien patrimonial que debería ser un faro permanente de nuestro quehacer cultural, tal y como se lo proponen hoy sus dos hermanas poblaciones antioqueñas que hacen parte de la privilegiada Red de Pueblos Patrimonio de Colombia.

Sin duda la ciudad y sus gentes se lo merecen.