Así lo plantea la nueva coordinadora del museo histórico Juan del Corral, la artista plástica y maestra de la museología Daniela Saldarriaga Roldán en entrevista con el periódico EL SANTAFEREÑO. Subraya que hay que revisar nuevas narrativas porque los museos no están terminados y es necesario contar con otras voces e incluir temáticas como el amplio patrimonio inmaterial que tiene Santa Fe de Antioquia.
¿Quién es Daniela Saldarriaga Roldán?
“Soy artista plástica de la Universidad de Antioquia. Empecé mi vida laboral en el museo universitario del Alma Mater como auxiliar administrativo de la Red de Museos de Antioquia, y ahí fue donde precisamente conocí al Museo Juan del Corral con el trabajo de Martha Villafañe. Estuve cinco años trabajando en esa Red de Museos, y ya luego obtuve mi grado en la Universidad y me fui a México a seguir estudiando. Cuando regresé comencé a trabajar en corporaciones artísticas con procesos culturales; por ejemplo, en Marinilla hicimos el inventario de cristos y el diseño de la exposición de cristos; en Sonsón participamos en la creación de cuatro museos. Eso hizo que yo me enamorara mucho más del tema museológico y fue cuando decidí viajar hacer una maestría en museología y gestión del patrimonio cultural en la Universidad Nacional en Bogotá. Mientras estuve allá trabajé como mediadora en el Museo Nacional de Colombia, y cuando regreso a Medellín, me llaman del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia para retomar un poco el trabajo de la Red de Museos de Antioquia con el fin de generar toda una programación artística y cultural en el Palacio de la cultura Rafael Uribe. Allí estuve tres años y en enero pasado me hacen la propuesta para participar de la convocatoria de la Fundación Juan del Corral para la coordinación del museo; me presenté, pasé el proceso de entrevistas y aquí estoy”.
¿Cómo recibes el Museo, que herencia dejó tu colega Martha Villafañe Martínez?
“La verdad que el trabajo que hizo ella durante todo este tiempo fue increíble, no solo en materia de exposiciones, de la gestión y circulación artística, sino también en los contenidos educativos que lidera el museo. Sin duda el Juan del Corral es un museo ejemplo en el departamento y probablemente en la Nación; incluso dentro de esos nueve museos pertenecientes al Ministerio de Cultura en toda Colombia, este es uno de los que más responde a las comunidades, al territorio, a la necesidad y a la demanda cultural que tiene el lugar donde está”.
¿Qué tan cierto es que nuestro Museo Juan del Corral es el único Museo que tiene el Ministerio de Cultura en todo el departamento de Antioquia?
“Usted lo ha dicho, este es el único museo que tiene el Ministerio en toda la geografía antioqueña. La verdad que es un privilegio. Cabe recordar que esta entidad surge por una ley de honores consagrada en la Ley 150 de 1960. No obstante, en la actualidad se está pensando en generar nuevos museos que pertenezcan al Ministerio, pero que reflejen otras narrativas; por ejemplo, se está pensando en uno que promueva la cultura afro de Colombia con una sede en Antioquia, pero hasta ahora somos el único adscrito al gobierno nacional a través de la cartera de cultura”.
Daniela, sabemos que el concepto de los muesos como tal ha cambiado sustancialmente, y ya no son tanto, espacios para guardar y exhibir objetos antiguos, si no que se convierten en museos vivos donde se auscultan otros valores culturales, ¿qué piensas de ello?
“Yo tengo una idea que compartimos mucho en el campo de la museología, y es que los museos no están terminados, ya que permanentemente hay que estar revisando esa narrativa, esas exposiciones, esos programas educativos y culturales. Entonces una de las tareas que tenemos es precisamente revisar la historia que el museo cuenta. Esta es la Ciudad Madre de todos los antioqueños, una ciudad muy importante en nuestra historia y queremos trabajar en una investigación que nos permita poder contar esa historia desde otras voces que a lo mejor no hemos tenido tan incluidas; y también proyectarlo, no solo a Santa Fe de Antioquia, sino a toda la región de Occidente y al departamento. Saber que estamos ahora con el cuento de las vías 4G, que Urabá nos va a quedar a 4 horas. En ese sentido yo creo que el museo tiene que responder a esas nuevas dinámicas sociales y económicas, pero también culturales; entonces es ver cómo, por ejemplo, en nuestra sala de historia también incluimos las voces de las comunidades afro e indígenas que hacen parte de este territorio; y así sucesivamente con todos los espacios”.
En este sentido, ¿se abrirán nuevas salas permanentes o temporales en el museo con otras miradas históricas que complementen nuestra cultura?
“Hay que consultarle precisamente la comunidad local, pero también a los visitantes, cuál es la historia que no estamos contando, y todo eso es progresivo. Yo no puedo llegar a contar otra historia y cambiar la que ya está de buenas a primeras, porque este es un museo que lleva 21 años contando una cosa y lo bonito es ver cómo se transforma esa narrativa, y cómo va sucediendo la necesidad de contar otras historias. Entonces sí va a haber un cambio progresivo y consensuado, aunque ya no hablaremos de curadurías de autor, es decir yo impongo una historia y listo; no…, la idea es que hablemos de curadurías colaborativas, donde la misma comunidad nos ayude a identificar qué es eso que nos falta por contar y mostrar”.
¿Continuando con esa misma línea, esperan ustedes explorar otros asuntos culturales que valoren también el amplio patrimonio inmaterial que tenemos como la gastronomía ancestral?
“Así es, nosotros hablamos mucho de la independencia de Antioquia y de la época de la República, pero también es necesario que podamos contar con otras voces y además incluir el amplio patrimonio inmaterial que tiene Santa Fe de Antioquia, no solo con el tema de la Fiesta de Los Diablitos o la Semana Santa, sino pensarnos por ejemplo en la cocina; aquí hay una tradición culinaria hermosa e importantísima, y nosotros tenemos una sala de exposición que es una cocina; entonces mi sala que es una cocina por qué no me está hablando de la naranja, del cacao, de los pulperos, y tampoco me está hablando de toda la problemática que el desarrollo urbanístico desmedido está haciendo con el desplazamiento de los cultivos que son los que proveen el alimento; de ahí la necesidad de hablar de ello. Eso en cuanto a contenidos del museo. Con respecto a la materia educativa y a la agenda cultural, estamos en conversaciones con la Alcaldía, porque también hemos identificado que hay un crecimiento muy fuerte de la oferta cultural en este territorio; de hecho ya Comfama y Comfenalco lideran varios procesos culturales, lo mismo que la Casa Candela; obviamente que la Alcaldía desde la Casa de la Cultura lo hace también y nosotros queremos seguir articulados a esa agenda de ciudad, porque la idea no es competir por el público, sino generar una programación que nos permita ampliar ese rango. El museo tiene una fiel audiencia que viene cada que nosotros hacemos algo, y eso es muy bello”.
¿Se mantendrán los programas del museo que venían de la anterior administración?
“Esperamos mantener muchas de las alianzas con las entidades culturales del Municipio y abrir la posibilidad de que cualquier persona que desee presentarnos una estrategia cultural educativa, un proceso de formación en artes o algún saber especifico, precisamente en la oficina tenemos un formato para la presentación de propuestas de todo tipo. La idea es que el museo sea una plataforma de circulación y de encuentro de la comunidad santafereña”.
¿Proyecta el Museo Juan del Corral, descentralizar esos proyectos de que nos habla hacia sectores como la ruralidad?
“Si hay un público al que tenemos muchos deseos de llegar y es a los campesinos, a la gente de nuestra ruralidad; hemos descubierto allí unos saberes, unas prácticas y un conocimiento que necesitamos que esté aquí, aunque nos toque ir por él, o aunque nos toque llevar el museo al campo. Esa es una oportunidad que tenemos de proyectarnos hacia todo el territorio; ahora lo difícil es que los tiempos de lo público son muy lentos, y entonces para yo poder ejecutar un recurso tengo que hacer un trámite administrativo muy largo; de todas maneras, esperamos contar con el apoyo de la fundación Juan del Corral”.
Finalmente, ¿con qué personal cuenta hoy el museo para hacerle frente a esta ambiciosa tarea cultural que nos ha expuesto?
“Sin duda una de las fortalezas del museo es que contamos con un equipo de trabajo muy comprometido con la región; ya Andrés Urrego se vincula oficialmente al equipo como gestor cultural, mientras que Jonathan Correa continuará en el cargo de monitor educativo. Contar entonces con dos personas dedicadas específicamente al tema educativo y cultural, y a la gestión como tal es muy importante, porque ya no solo podemos estar acá en el museo, sino llegar a lugares donde siempre hemos querido llegar con ciclos de cine, o con un programa de formación en artes, entre otros. Hay que anotar además que el museo cuenta con 10 empleados, cinco en la parte administrativa y cinco en la parte misional. En el campo administrativo y logístico tenemos tres personas en el equipo de vigilancia, dos en el aseo y uno en el mantenimiento de la sede. Y en el equipo misional tenemos una persona dedicada al tema administrativo, y como ya lo citamos antes, un empleado encargado de la gestión educativa, otro de la gestión cultural y finalmente yo que estoy en la coordinación general”.