Seis años después de que se iniciara la construcción de la vía al mar, la revista Cromos publicó en 1932 una imagen que daba cuenta del avance de la obra.
La foto que si bien es de baja calidad por la época (aunque muy reveladora en estos tiempos), iba acompañada de una declaración de Don Gonzalo Mejía, uno de los grandes impulsores de esta carretera que fue inaugurada en 1954, por el entonces Presidente, General Gustavo Rojas Pinilla.
La declaración decía: "Así quiero deciros, pueblo de Antioquia, que los pantanos y las ciénagas y los fantasmas que ellos utilizaron para atajar la consumación de la Carretera al Mar no eran ni de barro, ni de roca, ni de arena, ni deletéreos como las mismas de que nos hablaron, sino del espíritu. Por razones que solo Dios en su infinita sabiduría sabe, he topado en mi camino hasta el mar con espíritus tan obstinadamente retrógrados, tan obstinadamente resueltos a no oír razones, a no constatar lo que se les dice, que siempre llego a pensar cuanto más fácil habría sido vencer los obstáculos materiales, que no existían por cierto, que los obstáculos espirituales de las mentalidades obcecadas, enfermas, ignorantes o pobres de espíritu."
GONZALO MEJÍA ALCANZÓ A VER LA VÍA TERMINADA
Como se recuerda, la vía al mar se empezó a construir en junio de 1926, obra a la que Don Gonzalo Mejía consagró el resto de vida, antes su fallecimiento ocurrido en Medellín el 6 de agosto de 1956, es decir dos años después de haber logrado su hazaña de que la carretera a Urabá pisara las playas del mar Atlántico antioqueño.
Como lo publicó en ese entonces el periódico El Colombiano, “la carretera al mar se entregó completa el domingo 13 de junio de 1954, aniversario del acceso al poder del General Gustavo Rojas Pinilla. La Gobernación de Antioquia decidió dar a la vía el nombre del mandatario. Ese día numerosos vehículos viajaron sin problemas mayores desde Medellín hasta Turbo.
Foto cortesía: Alejandro Agudelo, de Fotos Antiguas de Medellín (FAM).