¿Qué le está pasando al comercio de Santa Fe de Antioquia que en los últimos meses siente que ha mermado el ritmo en sus cajas registradoras? ¿Influirá en algo la suba de la renta de algunos locales comerciales?, ¿o lo impactará el lento e incierto crecimiento económico por culpa de algunas políticas del gobierno nacional.

En los últimos dos meses más de una docena de negocios o establecimientos comerciales han cerrado sus puertas, o se han traslado para otros lugares, debido al elevado precio de los arriendos, situación que tiene preocupado el gremio del comercio que percibe en el ambiente un progresivo bajón en las ventas.

Como se anunció en la anterior edición, al parecer un alza exagerada en el Centro Comercial La Contaduría, provocó recientemente la desbandada de cerca de nuevo inquilinos de locales comerciales, algunos de los cuales se ubicaron en nuevos domicilios.

A ello se suma el cierre de varios establecimientos comerciales abiertos al público en el centro histórico, entre ellos el restaurante Bocas en el pasaje Juan del Corral; La Crepería, (al frente de Bancolombia); la Distribuidora Terra Mar especializada en venta de pollo y pescado (contiguo a Surtimax); un taller de reparación de electrodomésticos en el sector de La Chinca, y la sede de la Cerveza Matraca (en el mismo sector), entre otros.

Y es que si bien no hay un hecho puntual que de luces y justifique esta situación, algunos se atreven a conjeturar y a barajar hipótesis que de alguna manera den una explicación sobre este descenso en el movimiento de las cajas registradoras.

La primera, es que si bien esta es una ciudad turística por excelencia, no es ajena a la situación política que vive el país, el cual aún no ve una efectiva reactivación económica, aunado ello a la sensación de inseguridad y violencia que se palpa en varias regiones de la geografía nacional.

Lo segundo es que, por esas mismas causas descritas anteriormente, en algunos casos la empresa privada se ha abstenido de hacer grandes inversiones en diferentes sectores de la economía, precisamente por esa incertidumbre social que hoy se palpa en nuestro medio.

Así lo da a entender Juan Carlos Hernández Rueda, administrador del conocido restaurante Pielroja del parque principal, el negocio que más comida vende en el centro de la ciudad. Según este comerciante: “Básicamente septiembre ha sido un mes que es flojo, pero sin embargo por estadísticas, las ventas hoy se han bajado de manera muy significativa, tanto así que por ejemplo yo he tenido que mandar a varias trabajadoras a vacaciones, me ha tocado rebajar el personal y he mercado en menor cantidad”, anota.

Hernández agrega que una de las causas de esta recesión puede ser atribuida, a que de todas maneras con el gobierno del presidente Gustavo Petro, muchos temen hacer grandes inversiones, con el agravante que algunos se han ido del país, cerrando empresas que generaban empleo, y eso de cierta manera repercute en la economía de toda la gente del común”.


¿LOS ARRIEDOS POR LAS NUBES?

Volviendo al tema de los arriendos, se sabe que aquí son tan altos, que quien lo creyera, en los últimos dos años algunos santafereños se han desplazado a vivir a algunas veredas cercanas, e incluso a municipios vecinos.

Es el caso de la vereda Chaparral, a un poco más de media hora de la zona urbana, donde unas cuantas familias santafereñas se han trasladado hacia este paraje rural a disfrutar de la tranquilidad, el paisaje, y sobre todo de lo económico que es allí la tierra y los arriendos.

También hemos conocido como lo cuenta el mototaxista Rodrigo García, más conocido como “Bocacho”, que es creciente el desplazamiento de muchos paisanos hasta veredas como Sucre en el municipio de Olaya, y hasta Liborina y Sopetrán, donde el costo de vida es un poco más favorable que en la Ciudad Madre.

A esto también se suma la baja ocupación en los hoteles de la ciudad, no solo por la cercanía con Medellín (que aumentó los días de sol y disminuyó la permanencia de un día para otro), sino por el creciente auge de las viviendas turísticas contratadas mediante el sistema de Airbnb, una plataforma digital dedicada a la oferta de alojamientos a particulares y turistas (alquiler vacacional) mediante la cual los anfitriones pueden publicitar y contratar el arriendo de sus propiedades con sus huéspedes.

Este y otros fenómenos, han sido asociado a la llamada gentrificación, donde los locales o nativos son desplazados de su territorio por los altos costos que implica vivir en una ciudad turística como Santa Fe de Antioquia.

Cabe recordar que la gentrificación se refiere a un proceso dado dentro de la economía de mercado capitalista, el cual implica la transformación de un espacio urbano deteriorado o en declive, a partir de la reconstrucción o rehabilitación por cambios en las dinámicas del mercado y el aumento de la demanda por espacios comerciales y residenciales.

Ésta a su vez puede derivar de nuevos planes de intervención urbana y arquitectónica, dados por entes, tanto públicos como privados, los cuales buscan impulsar el crecimiento del mercado en la zona de influencia. En otras palabras, ésta hace parte de un proceso de renovación de una zona urbana, generalmente popular o deteriorada, que implica el desplazamiento de su población original por parte de otra de un mayor poder adquisitivo.

Pese a este incierto panorama, el comercio ve con esperanza el inicio de la temporada de fin y de principios del año nuevo, con puentes como el de la Raza a mediados de octubre, los dos puentes seguidos que hay en noviembre y la temporada alta de diciembre, épocas para buscar el desquite de un año que ha puesto a prueba la economía doméstica de los pequeños y medianos comerciantes de nuestra localidad.