Luego de la intempestiva salida del Hogar Juvenil por parte de las Hermanas de la Caridad Dominicas el pasado mes de mayo debido a la falta de recursos y personal para atender su misión pastoral, un grupo de ex alumnas comandadas por Leidy Yolanda Alcaraz se dieron a la titánica tarea de continuar con este proceso educativo que ya lleva más de medio siglo. Para lograrlo esperan el apoyo de personas y empresas que han valorado su trabajo social en bien de las comunidades campesinas.

Dice el adagio que de las grandes crisis nacen las grandes oportunidades y eso parece que está suciendo hoy con la suerte venturosa que viene reverdeciendo el destino de una entidad tan querida por los santafereños como lo es el Hogar Juvenil Campesino que durante más de 50 años ha servido de albergue a las niñas que vienen de nuestro sector rural a formarse y a recibir su educación básica y media en la zona urbana de nuestro municipio.

Y es que luego de que las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación el pasado mes de mayo alzaran sus toldas de la Ciudad Madre por falta de personal y de presupuesto para seguir funcionando, el panorama del hogar en ese momento no era el más halagador. La desazón que provocó la sorpresiva y triste partida de la hermana Lía Álvarez y sus compañeras de la congregación, dejó más preguntas que respuestas en la comunidad, y sobre todo en las jóvenes ex alumnas que tanto le deben a esta benemérita institución.

No obstante el sol de la esperanza salió para sonreírle al futuro, y gracias al sentido de pertenencia al hogar, un grupo de ex alumnas, apoyadas por la Arquidiocesis de Santa Fe de Antioquia (dueña del inmueble) decidieron retomar las banderas y el proyecto semanas después, con el loable propósito de darle continuiad a esta hermosa obra que tanto a ayudado a las jóvenes de nuestro campo.

Al frente de este reto y de este proceso de transición ha estado desde el mes de junio la tecnóloga agricola, especialista en talento humano, Leidy Yolanda Alcaraz, ex almumna de esta institución desde el año 2007, quien apoyada por una junta de 9 exalumnas y algunas integrantes de la Mesa de los Asuntos de las Mujeres, viene adelantando diferentes estrategias para poder garantizar la continuidad de esta gran obra social que ha transformado a tantas mujeres y de forma directa e indirecta a sus familias, jóvenes que hoy por hoy son personas que desde sus profesiones, oficios y voluntad, están dispuestas a aportar saberes y 

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