Fresca como una lechuga, y con una presión de quinceañera, Doña Claudina Higuita de Robledo recibió en la mañana de este martes 16 de marzo la primera dosis de la vacuna Sinovac contra el virus del Covid-19 en la E.S.E. Hospital San Juan de Dios de Santa Fe de Antioquia.
Muy puntual llegó a las 9 de la mañana al centro hospitalario en una mototaxi, acompañada de su hijo Luis, de 81 años, y de tres de sus nietas. Antes de entrar, caminó unos pasitos y luego le pusieron una silla de ruedas para transportarla por los pasillos del hospital hasta la unidad de vacunación, donde por estos días pasan los mayores de 80 años que hacen parte de la primera línea de la inmunización.
A su paso, algunos paisanos la reconocieron y la saludaron haciéndole fiesta, pues se trata de la mujer más longeva que vive actualmente en nuestra región y en todo el departamento de Antioquia.
Al ingresarla al consultorio donde se aplica la vacuna y sentarla en un cómodo sillón, el saludo inicial del médico Andrés Pérez fue: “Doña Claudina, buenos días, ¿cómo se ha sentido hoy?, ¿usted sufre de la presión o toma algún medicamento?”, a lo que contestó con un no rotundo. Para comprobarlo se le tomó la presión arrojando 140-67, que para el galeno, y dada su avanzada edad es normal, máxime que no toma ninguna clase de medicamentos.
El primer paso para aplicarle la vacuna fue la presentación de la cedula, que en efecto comprobó que había nacido el 30 de octubre de 1910. Luego, continuando el protocolo, le pasaron una planilla, en la que sin gafas estampó la firma para autorizar su aplicación, que en el argot médico es llamado como “el consentimiento informado”.
NO LE DOLIÓ
Cumplido este procedimiento, la enfermera Miriam Cartagena procedió a vacunarla, informándole previamente que la vacuna llegó de un laboratorio llamado Sinovac, que viene nueva para cada persona, y que es muy poquita esta primera dosis, pero que esa es la cantidad que se debe aplicar. Dicho esto, y después de pedirle que respirara hondo y sostenido, vino el chuzón en su brazo izquierdo. “¿Le dolió Doña Claudina…?” preguntó el médico, a lo que ella con una pasmosa frialdad respondió que no, que ni había sentido la aguja.
A su lado, su hijo Luis, de 81 años, esperaba el turno para vacunarse, al igual que lo hizo días atrás su hija mayor Laurentina, de 87.
Antes de que ambos se retiraran, la enfermera Miriam le dio una última recomendación a Melfi, su nieta cuidadora, “Si en las próximas 24 horas la señora o su hijo llegan a presentar algún síntoma como dolor de cabeza, fiebre, ronchas, pitos en la cabeza, visión borrosa o malestar general, deben de consultar por urgencias aquí en el hospital”.
Luego de media hora de observación, (tal y como lo ordenan los protocolos) y sin ninguna novedad en su salud, madre e hijo salieron de la institución hospitalaria ante la admiración de quienes esperaban en el pasillo para la aplicación de la vacuna, dejándose escuchar en voz baja frases como: ”Que belleza uno llegar así a esa edad…”
Por ahora Doña Claudina reposará uno días en la casa de sus nietas en el barrio Buga de Santa Fe de Antioquia, mientras vuelve a su paraíso terrenal ubicado en la vereda La Aldea, sector las Coloradas de Santa Fe de Antioquia, donde ha vivido toda su vida en medio de plantas y animales.
Así las cosas, esta longeva mujer que tuvo 10 hijos y que cuando joven trabajó la tierra al lado de su esposo, Luis Alberto Robledo (fallecido hace 58 años), se puede dar el lujo de ser una de las pocas mujeres que en Colombia ha resistido a dos epidemias: la gripa española de 1918 cuando apenas era una niña, y el Covid-19 en su centenaria edad en este tiempo de pandemia.
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