A las 5:40 de la mañana de hoy lunes festivo, murió en el Hospital del Sagrado Corazón de Medellín el conocido paisano Luis Alberto Rivera, más conocido como “Gorgonio”, quien por un buen tiempo fue el hombre que animó las fiestas religiosas en la Ciudad Madre, tirando al aire los famosos voladores llenos de pólvora.

Falleció a los 62 años recién cumplidos el pasado 24 de junio, luego de que su salud se complicara días después a causa de una neumonía. Cabe recordar que desde mayo del año pasado “Gorgonio” fue llevado a Medellín por su hermana Luz Estela Rivera, después de que en Santa Fe de Antioquia le dieran dos derrames cerebrales que le paralizaron el lado derecho de su cuerpo. Desde entonces recibió todas las atenciones en un hogar geriátrico en Medellín que era costeado por su familia.

Luis Alberto era hijo de la señora Luz Edelmira Rivera y le decían “Gorgonio”, porque era el nombre de su padre que irónicamente nunca le dio el apellido. Su hermana Luz Estela, esposa del señor Cristóbal Aguinaga, el popular “Remache” vio por él hasta el último de sus días, al igual que sus hijos (sobrinos de Gorgonio) que viven en España.

En sus años mozos trabajó en la vaquería; “todo el mundo lo llamaba para llevar un caballo, un toro, una vaca y hasta para arriar novillos; también fue aserrador de árboles”, recuerda su hermana Luz Estela.

Muchos igualmente lo recuerdan porque tuvo una carreta donde cargaba leña y mercados que lleva a las casas, sobre todo a familias del barrio Buga, donde vivió toda su vida.

Así mismo se desempeñó en oficios varios como tirador de voladores en fiestas religiosas como las de la Virgen de Chiquinquirá y la Virgen del Carmen, oficio para el cual era muy diestro y avezado, pues siempre los tiraba con mucho cuidado y hasta con elegancia, tal y como lo hicieron sus antecesores, el señor Goyo y Don Pedro Nel Zabala Brand, apodado el Padre Mejía.

Sus restos mortales serán cremados hoy en Medellín y luego traídos a Santa Fe de Antioquia, donde se celebrará una misa exequial antes de que sus cenizas reposen en un osario del cementerio parroquial.

Paz en su tumba.