Tras un exitoso artículo, a juzgar por la cantidad de vistas y likes, sobre el estadunidense varado en Santa Fe de Antioquia que fue publicado en este medio pocos días atrás, es necesario también publicar otras realidades de los conciudadanos atrapados en otros lugares, incluso dentro del mismo país. Por lo general, son personas que no han tenido la vida fácil y ahora con este embate global se encuentran en situaciones humanitarias muy complicadas.

En esta oportunidad conoceremos el caso de doña Eunilse, una campesina del corregimiento Sabanas jurisdicción de Santa Fe de Antioquia, una paisana que representa la historia de cientos de mujeres en Colombia en estos tiempos (no solo de pandemia).

Esta mujer se encuentra atrapada a unas 20 o más horas de viaje de su hogar, en Fundación departamento de Magdalena, hermosas tierras llenas riquezas naturales como la mayoría del territorio colombiano, tierra de cantores, escritores y cultura, cerca de Aracataca, la tierra que vio nacer al mejor escritor contemporáneo del mundo. Fundación, el lugar por donde pasó Rafael Escalona y tuvo que meterse “en un  diablo al que llaman tren” para llegar a Santa Marta, pero la ruta de doña Eunilse es mucho más larga, más sufrida pero menos cantada.

Mucho antes de la pandemia, unos cuatro años atrás, Johan su hijo salió en busca de oportunidades de trabajo en otras tierras, pues el sustento familiar depende del café y no es un secreto que la economía basada en este y otros productos no son rentables para el campesino desde hace mucho tiempo.

Después de un largo periodo de no verse con su hijo marchado, doña Eunilse planeó junto con otro hijo visitar a Johan, el 13 de marzo de este año emprenden su viaje que se suponía duraría una semana. Estando allí, se establece la imprevista cuarentena Nacional y todo lo que esto implica que ya conocemos.

Comienza el calvario familiar, en la misma casa pequeña y precaria, junto con doña Eunilse, se encuentran cuatro personas más: dos hijos, su nuera y el bebé en su vientre al que le falta solo un mes para nacer.

El anfitrión Johan asume los gastos, pero desde hace un par de meses, por cuenta de emergencia decretada ya no tiene trabajo y no ha podido pagar servicios públicos ni arriendo.

No reciben ayudas del municipio donde se encuentran, por ser de Antioquia no están en las bases de datos, es lo que dicen. Al consultar sus números de cédula en los sistemas de información no aparecen tampoco como beneficiarios de las publicitadas ayudas del Gobierno Nacional. La única fuente de alimento es el mercado que le dan a la esposa de Johan por estar embarazada. Esta pequeña ayuda con las raciones limitadas llega cada 20 días, cuenta doña Eunilse y quien tiene prioridad alimentaria es la “futura madre”, poniendo a la familia en situaciones de penumbras y hambre.

Pero las dificultades no paran allí, doña Eunilse, una mujer que soporta el trabajo duro del campo y la difícil situación socioeconómica de la mayoría de campesinos, pareciera que cada cumpleaños se contara de dos en dos porque a pesar de tener solo 52 años, padece múltiples dificultades de salud: presenta problemas de visión, fuertes dolores de cabeza, el médico le dio una alerta por su colesterol alto, la EPS le tiene planeado varios exámenes médicos que se supondría se los programarían después de su regreso, para ajustar, este es el momento que no cuenta con los medicamentos para tratar o aliviar estas afecciones que si bien aparentemente para algunos no son graves, con el estrés y las precarias condiciones de vida podrían tornarse muy delicadas.

La cuarentena es una recomendación médica cuyos efectos colaterales, al igual que muchas medicinas, son bastante fuertes, la cuestión es que la ciencia no sabe aún qué consecuencias secundarias tendrá, no soy profesional de la salud, por lo que no opinaré más allá de mi postura humanista de lo que veo y pienso, pues ante el covid-19 las autoridades de salud se han concentrado en el factor bioquímico y para la mayoría de los líderes gubernamentales una oportunidad para demostrar su poderío más que liderazgo ante la crisis mundial, es necesario hacer un llamado a tener en cuenta las diversas condiciones humanas y no olvidar que salud también es alegría, tranquilidad y bienestar integral.

LLAMADO DE URGENCIA

El anhelo y necesidad más urgente, es el retorno de esta mujer en compañía del hijo a su humilde casa, regresar a su entorno junto con su esposo quien la espera desde hace tres meses, pues al menos en Sabanas tendrá lo que el campo les brinda y estará en su tierra con sus animales y huertas, conjuntamente estará cerca de sus vecinos veredales lo que le daría un respiro para su bienestar.

DOÑA EUNILSE NECESITA AYUDA.

Para su retorno, necesita básicamente apoyo económico, requiere de varios pasajes para dos personas, pues el viaje es largo y debe tomar varias rutas de buses desde el municipio de Fundación al corregimiento Sabanas.

APOYO DE LA ADMINISTRACIÓN MUNICIPAL

Además del apoyo económico que esté al alcance, se hace solicitud respetuosa al alcalde y funcionarios del municipio, de gestionar todo lo necesario para que el viaje de doña Eunilse se realice sin contratiempos, pues es sabido que algunas autoridades y empresas de transporte piden con rigurosidad documentación de circulación.

SÚMATE!

Si deseas apoyar a esta campesina de Santa Fe de Antioquia a llegar a su casa, puedes comunicarte al número 319 250 2411, de esa manera coordinar con ella misma la solidaridad que necesita.

La cuenta donde se puede donar es la cuenta de ahorros Bancolombia a la mano número 03126123984 a nombre de Eunilse del Socorro Bran García.

NOTA: Ni El Santafereño ni el autor de este artículo, se hacen responsables de recibir o coordinar ayudas, los contactos y datos publicados son de la misma persona que requiere la solidaridad. En caso de que una organización o entidad desee sumarse y coordinar la ayuda, debe comunicarse directamente con la afectada.

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